CONCENTRACIÓN
Después de ganar varios concursos de arquería, el joven y jactancioso campeón retó a un maestro Zen que era reconocido por su destreza como arquero. El joven demostró una notable técnica cuando le dió al ojo de un lejano toro en el primer intento, y luego partió esa flecha con el segundo tiro. "Ahí está", le dijo al viejo, "¡a ver si puedes igualar eso!".Inmutable, el maestro no desenfundo su arco, pero invitó al joven arquero a que lo siguiera hacia la montaña. Curioso sobre las intenciones del viejo, el campeón lo siguió hacia lo alto de la montaña hasta que llegaron a un profundo abismo atravesado por un frágil y tembloroso tronco. Parado con calma en el medio del inestable y ciertamente peligroso puente, el viejo eligió como blanco un lejano árbol, desenfundó su arco, y disparó un tiro limpio y directo. "Ahora es tu turno", dijo mientras se paraba graciosamente en tierra firme. Contemplando con terror el abismo aparentemente sin fondo, el joven no pudo obligarse a subir al tronco, y menos a hacer el tiro. "Tienes mucha habilidad con el arco", dijo el maestro, "pero tienes poca habilidad con la mente que te hace errar el tiro".
LA APUESTA DEL VIEJO GUERRERO
El señor Naoshige declaró un día a Shimomura Shoun, uno de sus más viejos samurais: - La fuerza y el vigor del joven Katsuchige son admirables para su edad. Cuando lucha con sus compañeros vence incluso a los mayores que él. - A pesar de que ya no soy joven estoy dispuesto a apostar que no conseguirá vencerme - Afirmó el anciano Shoun. Para Naoshige fue un placer organizar el encuentro que tuvo lugar esa misma noche en el patio del castillo, en medio de un gran número de samurais. Estos estaban impacientes por ver lo que le iba a suceder al viejo farsante de Shoun. Desde el comienzo del encuentro, el joven y poderoso Katsushige se precipitó sobre su frágil adversario agarrándolo firmemente, decidido a hacerlo picadillo. Shoun estuvo a punto de caer varias veces al suelo y de rodar en el polvo. Sin embargo, ante la sorpresa general, cada vez se restableció en el último momento. El joven, exasperado, intentó dejarle caer de nuevo poniendo toda su fuerza en el empeño, pero esta vez, Shoun aprovechó hábilmente su movimiento y fue él quien desequilibró a Katsushige arrojándolo al suelo. Después de ayudar a su adversario semi-inconsciente a levantarse, se acercó al señor Naoshige y le dijo:- Sentirse orgulloso de su fuerza cuando aún no se domina la fogosidad es como vanagloriarse públicamente de sus defectos.
EL SECRETO DE LA VÍA DEL SABLE
Un joven fue un día a acercarse a un Maestro de Kenjutsu para ser un alumno. El maestro aceptó y dijo: “A partir de hoy, tu iras cada día a cortar troncos en el bosque y a buscar el agua en el río.” Esto fue lo que el joven hizo. Depuse de tres años, se dirigió al maestro y le dijo: “Yo he venido para aprender la esgrima y hasta ahora ni siquiera pasé la puerta del Dojo...”. “Muy bien, -le dijo el Gran Maestro-, pues hoy tu entraras.” Sígueme. Y desde este momento, tu haces toda la marcha alrededor de la sala, pisando cuidadosamente el borde del tatami pero sin traspasarle jamás... El discípulo practicó el ejercicio durante un año, al fin del cual él se encolerizó hasta tal punto que se dirigió al Maestro y gritó: “Me voy, no he aprendido nada del arte que vine a aprender, me voy...” “No, -le dijo el Maestro- hoy voy a continuar enseñándote. Ven conmigo..."El Maestro llevó al joven frente a una montaña, seguidamente al borde de un precipicio enorme. Un tronco de árbol estaba haciendo de puente sobre el vacío... “Pues bien, pasa para el otro lado”, dijo el Gran Maestro al discípulo, que estaba lleno de terror.Mirando al abismo, lleno de miedo y de vértigo, el joven estaba paralizado. En ese momento llega un ciego, que tanteando con su caña, sin rechistar, se mete sobre el frágil pasaje y pasa tranquilamente. No fue preciso más para que el joven perdiera el miedo y a su vez pasara rápidamente al otro lado.Su maestro la grita: “Tu dominaste el secreto de la esgrima: abandonar el ego, no temer a la muerte, ser indiferente a las circunstancias adversas. Cortando troncos, desarrollaste la musculatura, marchando con atención al borde del tatami perfeccionaste tu equilibrio, y mira, hoy tu comprendiste el secreto de la “Vía”, creo que serás entre todos el más fuerte...
jueves, 29 de mayo de 2008
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